Las relaciones familia - escuela.
El sentido de las relaciones familia-escuela ha ido evolucionando, dotándolas de coherencia e incorporando progresivamente una colaboración cada vez más estructurada hasta convertirse en uno de los ejes que definen la calidad educativa de Educación Infantil y uno de sus retos más importantes.
La participación de los padres en el proceso educativo de un centro de Educación Infantil garantiza la eficacia de la acción educativa. Y en la educación de los más pequeños es fundamental por la especificidad de los aprendizajes antes de los seis años, por la necesidad de completar la acción educativa del niño y por el impacto de los programas compensatorios.
La colaboración familia-escuela, dirigida a orientar a las familias y a fomentar unos objetivos educativos compartidos, es una manera de promover el desarrollo infantil y, a la vez, de apoyar y hacer crecer la competencia educativa de las familias ya que, desde el acuerdo y la confianza mutuas, los educadores pueden ayudar a las familias a reforzar determinadas prácticas educativas y a hacer ver los problemas implicados en otro tipo de actuaciones.
La atención en el momento evolutivo inicial del niño depende de las condiciones que el adulto le proporcione. La familia y la escuela son los contextos que contribuyen a crear el ambiente adecuado que propicie el desarrollo saludable del niño, es decir, que crezca física, psíquica y emocionalmente sano.
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