miércoles, 30 de marzo de 2011

Pequeños tesoros

Chapas de bebidas, tapones, piedras raras y menos raras, cordeles, botes de plástico, cajas de cartón, el papel de aluminio del bocadillo… todos estos y muchos más son los pequeños tesoros con los que llenan los bolsillos de babis y abrigos los niños.

Los educadores y padres saben que los sofisticados juguetes de la televisión no han conseguido mermar la fascinación que estas tesoros despiertan en los críos, continuamente nos sorprenden como crean situaciones, aventuras e historias increíbles a partir de estos elementos.

El uso de residuos para construir juguetes tiene unos beneficios sobre el desarrollo educativo:

- invita a una nueva asociación de ideas: los materiales de desecho dejan de ser basura para convertirse en materia prima;

- también es útil para el desarrollo de la percepción de cualidades plásticas (textura, color y volumen);

- se mejora la destreza manual, el conocimiento del medio, los hábitos de consumo;

- y se toma conciencia del problema de los residuos sólidos.


Cuando los niños construyen sus propios juguetes, éstos tendrán una ventaja evidente respecto a aquellos que se compran en las tiendas: el que yo construyo es diferente y exclusivo. Lo he hecho con mis propias manos, es para mí, con el único límite de mis capacidades técnicas y creativas. Este hecho crea una especial relación de complicidad del niño con sus juguetes. De esta manera, se estimula la percepción, la imaginación y la invención… El juguete construido por el niño está, a priori, abierto a todas las posibilidades, el que se compra trae definidos de fábrica no sólo la forma, tamaño y color, sino también cómo debe ser utilizado.

Seguramente, uno de los aspectos primordiales de asociar el reciclaje y juego es que los materiales están al alcance de todos y son gratis. En un mundo en el que los niños aprenden tan pronto el papel que desempeña el dinero, en el que la publicidad identifica demasiado pronto el bienestar y la satisfacción con la riqueza, resulta un ejercicio muy gratificante combinar el juguete y la basura, aquello por lo que no hay que pagar.

Los juguetes construidos con material de desechos reúnen dos mundos fascinantes: por un lado, los juguetes como recurso básico e inagotable en el proceso de aprendizaje o como simple objeto de entretenimiento lúdico. Por otro, los residuos, para investigar las posibilidades que encierran y descubrir, en un proceso creativo, el mundo de lo inservible.

Es una propuesta interesante en sí misma, pero lo será mucho más si contribuye a tomar conciencia de que existe una forma nueva y diferente de concebir nuestra relación con el medio ambiente.

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